Ayuda del Más Allá

Por Marco Díaz

Hace no mucho, un hombre se alejaba de un reciente entierro en un Londres lúgubre, un ente de rostro conocido se le presentó declarando ser el fantasma de Jacob Marley, su recién amigo fallecido

–¿Qué haces aquí?–le cuestionó– ¿no deberías estar descansando en el más allá?

Jacob respondió que el mal camino en vida no lo ha dejado.

–Estoy aquí para redimirte con el mundo.

Desde ese entonces, Jacob siguió a Ebenezer a todos lados por semanas. Mientras Ebenezer caminaba, Jacob llamó su atención:

–Mira– dijo apuntando a un par de niños con harapos– dales unas monedas, eres bastante rico.

–¿para qué?– replicó–. El mundo se cae a pedazos todos los días y nadie hace nada– miró a los niños y dijo– Si han de morir, que lo hagan pronto, ¡así se evita la sobre población!

Perplejo, Marley se le acercó.

–Recuerdas bien esos días, ¿no?– Ebenezer quedó paralizado–. Míralos bien Scrooge… y dime que ese no eras tú hace tantos años.

Scrooge miró a Jacob, recordando su niñez, cabizbajo, reflexionó:

– Si…–Jacob se posó en frente de él– El mundo se cae cada día, pero solo aquellos dispuestos a recoger los pedazos y reconstruirlo, pueden hacer un cambio… ayúdalos.

Scrooge se acerco, los niños lo reconocieron temiéndole al hombre que se acercaba. Sacó varios peniques, y los dejo en una taza en la acera. Scrooge, alejándose, empezó una nueva vida, asesorado por Jacob…




 

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