Las espinas de una rosa
Por Matías Rosales
— 3 meses en esta casona. Casi no recuerdo el día en que mi padre me dejó con este hombre para salvar su vida. Pero no lo culpo, prefiero que mi familia tenga mejor vida que la mía. Aunque… me siento mejor estando secuestrada en esta casona. Es curioso, pero es la verdad. Adam podrá ser un hombre poco expresivo y un poco feo, pero el se preocupa por mí, es amable y considerado. Sin embargo, enamorarme de él no sería correcto, él me secuestró amenazando la vida de mi papá, pero… es mejor que esos cuicos con los que se casaron mis hermanas. Pronto el reloj digital marcará las nueve en punto. Me arreglare y le pediré si me puede dar permiso para ir a ver a mi padre enfermo de coronavirus. Creo que aceptará de todos modos, es un hombre muy empático — pensaba Bella, mientras se arreglaba para reunirse con su bestia Adam.
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